30-05-08 - Reflexiones, por Marcelo Abaca y Marcelo Scalona (*)
25 de febrero de 1977: 19.639 socios. - 647 empleados. - 2.956 alumnos.- 10.850 metros cuadrados cubiertos. - 9 pisos. - 1 observatorio astronómico. - 1 biblioteca popular. - 1 editorial. - 1 mutual.- 1 teatro con 450 butacas. - 1 escuela secundaria. - 1 escuela primaria y jardín de infantes. - 1 universidad popular. - 1 jardín de infantes en Villa Manuelita. - 4 filiales. - 21 rifas. - 30 hectáreas sobre el río Paraná en Villa Gobernador Gálvez. - 100.000 libros. - 47.500 libros quemados. - 1.180 préstamos y consultas diarias promedio. - 2.890 piezas del Museo de Ciencias Naturales. - 1 juzgado interviniente, Nº 14 de Rosario. - 2 maestras desaparecidas. - 1 cooperador desaparecido. - 2 integrantes de la comisión juvenil de biblioteca desaparecidos. - 1 alumna secundaria desaparecida. - 17 socios desaparecidos. - 1 expediente de liquidación, el Nº 436/77. - 2.976 fojas. - 9 cuerpos - 8 detenidos. - 8 miembros de la comisión directiva fallecidos. - $ 2 valor de la cuota mensual. - 4 interventores de la dictadura militar. - 1 interventor de la democracia. - u$s 4.978.000 en bienes rematados. - $ 487.500 en caja. - 7 años de dicadura militar. - 25 años de democracia. - 31 años de trámite en el expediente.
Mayo de 2008: seguimos desaparecidos, nadie nos ve, no tenemos entidad, no existimos, los directivos fueron encarcelados; los bienes se remataron (la mayoría en forma directa); los que quedaron, se malversaron; los documentos de la liquidación se quemaron; los delitos de los malversadores, prescribieron; el único funcionario público que nos dio algo en estos 31 años de trámite por la recuperación fue el licenciado Carlos Virasoro, director del Museo de Ciencias Naturales de Santa Fe, cuando hace tres años nos reintegró algunos animales del Museo de Ciencias Naturales.
Nada más hasta la fecha, muchas gestiones jurídicas, políticas y sociales; diputados provinciales, nacionales, fiscales de Estado, jueces, ministerios, gente de todo rango dentro y fuera del Estado y seguimos sin existir.
No es comparable con la desaparición de una persona, pero se parece bastante a la desaparición de toda una familia, porque cuando se es parte de algo como la Vigil, como un segundo apellido, el lugar en el mundo de uno, su ideal, su proyecto solidario, común, popular, el no ser reconocido, también es un crimen de lesa humanidad. Los socios de la Vigil no queremos convertirnos en fantasmas.
Situaciones de mucha contradicción; hablar con gente que tiene poder de decisión y ver que casi todas esperan el típico trueque político de estos tiempos: ¿si te doy algo, qué me das? Y carecer de la capacidad suficiente para comprender que a uno no lo mueve un interés personal sino el poder reparar (aunque sea tarde y mal) esta gran injusticia que nos transforma en una institución desaparecida.
Y seguimos estando así, los hechos lo avalan y la preocupación de todos en las palabras y la inacción de los que resuelven y 31 años de trámite y desidia. Y también la orden sugerida de que no avancemos con determinados reclamos y mejor, que todos los socios estemos unidos.
Una clara intención de obtener un disciplinamiento como grupo, después de soportar tantos años el dolor de un saqueo y exilio interno. ¡Cuántos años pasamos por la puerta de la Vigil sin poder entrar…! Sin ser vistos, como de reojo o rabillo: al principio porque estábamos en dictadura y después porque estábamos en democracia y hubo políticos cómplices o complacientes. Y a veces, porque si no es buen negocio no camina… y ahora no sabemos por qué, pero seguimos sin ser vistos.
Sin ir más lejos, el martes 20 de mayo el presidente del Inaes (organismo que controla a las mutuales y del que depende la Vigil intervenida hace 31 años), el doctor Griffin, se reunió en un acto protocolar con el gobernador Binner para anunciarle la normalización de la entidad, y curiosamente en dicho acto, de tan enorme trascendencia, no estaba presente (ni invitado) ningún ex directivo ni socio de la Vigil. Seguimos desaparecidos, invisibles, ninguneados. Nos enteramos por los diarios del acto después de trabajar denodadamente en el expediente durante cuatro años. Es más, a esta estrategia judicial que ahora culmina el presidente del Inaes la "inventamos" los suscriptos y hasta ahora, sólo recibíamos nones y retahílas de imposibles burocráticos tales como: "…es que nunca se hizo; que nunca pasó, que no hay antecedentes…".
Pero seguiremos adelante, como el primer día en que nos dijeron que el expediente no se encontraba y que la entidad ya estaba liquidada. Como socios, somos los verdaderos dueños de la Vigil y queremos que nos devuelvan con vida lo que nos robaron. La Vigil se hizo con mucha gente y fue grande y caminó más allá de las diferencias de sus socios; el objetivo fue siempre claro y simple: devolverles a los socios su aporte (una cuota y una rifa) en educación popular. Con directivos honestos, nadie se enriqueció en términos monetarios, se amasó una fortuna en bienes culturales y educativos. Alguna parte de ese capital humano, y especialmente, sus ideales y formación, siguen intactos. La necesidad de una obra de esas características más que nunca es imprescindible para la ciudad y en particular para la zona sur de Rosario.
Seguimos en la esperanza de que el Inaes y el Juzgado de Distrito Nº 14 de Rosario formen la comisión que debe normalizar la entidad. Que esta vez se dé la respuesta necesaria y valiente. Y que sea a sus legítimos dueños, socios y ex directivos. Mientras tanto, la Vigil sigue desaparecida.
(*) Socios y Abogados Grupo de Socios Activos de Vigil.